En los diabéticos, por los altos niveles de glucosa en la sangre, aumenta el riesgo de sufrir infecciones en una herida, por ello es vital tener cuidados específicos para prevenirlas.
La Diabetes Mellitus es un trastorno metabólico crónico que hace que la concentración de glucosa en la sangre sea más elevada de lo normal. Este padecimiento cambia la forma en el que el cuerpo produce y utiliza la glucosa. Cuando no se tiene un control adecuado puede generar trastornos oculares, en vasos sanguíneos, riñones y sistema nervioso, así como en el proceso de cicatrización y curación de las heridas, por muy simples que parezcan.De acuerdo con Ericka Rodríguez, médico general especialista en diabetes, cuando se ha tenido diabetes sin control por un largo periodo se producen complicaciones en los vasos sanguíneos conocida como “angiopatía diabética”. También se puede generar “neuropatía diabética”, que consiste en el daño a los nervios por los altos niveles de glucosa en la sangre.
“La concentración de glucosa en altas cantidades en la sangre, o de azúcares, grasas y triglicéridos causados por la diabetes, dañan los nervios del cuerpo. Los vasos sanguíneos son los encargados de dar a los nervios oxígeno y nutrientes, pero cuando estos están llenos de azúcar, grasa o triglicéridos no dan lo suficiente a los nervios y estos comienzan a fallar”, explica la profesional.
¿Qué hacer ante una herida?
Aunque una cortadura o herida puede ser algo serio para cualquier persona, para quienes sufren diabetes el riesgo de infección es mayor debido a que tienen el sistema inmunológico debilitado y menos capacidad para combatir infecciones. Por ello, requieren ciertos cuidados para evitar consecuencias graves.
Cualquier persona, sea diabética o no, cuando sufre una herida, debe tomar en cuenta la localización y profundidad de esta. También considerar si es una herida limpia, es decir, que haya sido hecha en casa con algún objeto que se considere limpio o en buen estado; o que sea una herida sucia, hecha en el exterior, en donde hay más bacterias o no se sabe la limpieza del artefacto.Lavar la herida con abundante agua y colocar pomadas con antibióticos benefician a la cicatrización. (Foto Prensa Libre Shutterstock).
Es importante considerar el tamaño de la herida, profundidad, la zona del cuerpo en la que se encuentra y si tiene secreciones o sangrado.
Según Rodriguez, los primeros auxilios ante una herida consisten en: lavarse las manos con agua y jabón, limpiar la herida también con agua y jabón, y parar el sangrado presionando con gasa. Luego, se determina si es necesaria la ayuda profesional o asistir a un centro de salud, en caso se necesiten puntos o vacunas que prevengan infecciones.
Cuando una persona es diabética los cuidados varían:
Primero, es vital saber si el paciente ha estado bien controlado de la diabetes en los últimos seis meses, ya que esto podría determinar la posibilidad de tener complicaciones en la herida. Si se ha tenido un buen control, es posible que sane más fácilmente.
Luego, lávese bien las manos y limpie la herida con abundante agua. No utilice jabón u otro producto que pueda infectarla. De preferencia aplique pomada con antibiótico que ayude a prevenir alguna infección o aplique un antiséptico suave que no tenga pigmentación, ya que los pigmentados resecan más la herida por el yodo que contienen. Tape y proteja la herida con una gasa y, si lo considera necesario, acuda a un centro de salud para que un especialista lo revise.
Después del chequeo médico, controle los valores de glucosa en la sangre constantemente. Si ve alguna variación, consulte inmediatamente a su médico.
Cambie la gasa a diario. Cuando la herida ya haya secado puede usar jabón para limpiar alrededor. Mantenga limpia y protegida la zona con una venda, pero revísela a diario. Busque cualquier síntoma de infección como enrojecimiento en los bordes, inflamación, pus o dolor. Si llega a presentar alguno, consulte a su médico para que sea él quien determine la seriedad del caso y los pasos a seguir.
Precaución en los pies
Los pies y los tobillos son áreas muy vulnerables en los pacientes de diabetes ya que tienen tendencia a inflamarse, lo que retrasa la curación de las heridas, afirma Luis Huarte, podólogo. Además, es muy difícil inmovilizar totalmente el pie o pierna para curar una herida.Acuda con un especialista para cortarse las uñas, así será menos el riesgo de alguna lesión en el pie. (Foto Prensa Libre Shutterstock).
A los diabéticos se les dificulta evitar heridas en los pies ya que tienen más probabilidades que otras personas de desarrollar callos, piel reseca y daños en las terminaciones nerviosas. Esto aumenta las probabilidades de úlceras -llagas abiertas- y de infección. Esta enfermedad contribuye a dificultades en la visión, así que se les es más difícil ver y sentir si tienen una herida en el pie hasta que ésta empeora.
Una herida que no sana, en el caso de los diabéticos, puede significar no sólo dolor e incomodidad, sino peligro de gangrena y hasta de amputaciones de un dedo, de varios o de todo el pie. Por ello, tiene alguna herida en esta área, tome en cuenta lo siguiente:
- Si la herida es en la planta de los pies, evite poner presión. Esta es un área en la que constantemente se tienen callos y úlceras, así que es común tener heridas. Para sanar más fácilmente, levante la pierna lo más que pueda, así no se tengan problemas de circulación en la sangre. Para evitar presionarla, considere utilizar bastón, una bota especial o silla de ruedas.
- Visite al médico cuando tenga una herida en el pie. Consulte cuáles son los cuidados específicos que requiere, así como manténgalo al tanto de cómo evoluciona la cicatrización, ya que de esta forma evitará alguna infección o complicaciones graves.
Prevenir heridas
Los especialistas indican que la mejor manera de evitar complicaciones con las heridas de los pies es evitarlas. Para lograrlo, Angélica Castillo, especialista en cuidados de pies diabéticos, hay ciertos hábitos que se deben tomar en cuenta:
- Revisar sus pies diariamente para determinar si tiene ampollas, callos, áreas enrojecidas o con piel muy seca.
- Verifique cualquier síntoma que presente su piel, como enrojecimientos, inflamación alrededor de la uña o dolor al tocar. Si presenta alguno, consulte a su médico.
- Mantenga los pies humectados y la piel suave, así ayudará a prevenir heridas. No coloque crema o loción humectante entre los dedos para evitar una infección por hongos. Si llega a presentar síntomas del pie de atleta, opte por medicamento en gel y no en crema, para que no queden residuos entre los dedos. Asegúrese de ya tener bien seco el pie antes de colocar el calcetín.
- Use el calzado apropiado, ya que si los zapatos le quedan muy estrechos o muy grandes le pueden causar ampollas. Trate de que le ajusten lo mejor posible, de preferencia que sean cerrados para evitar heridas en los dedos. Antes de colocárselos, revíselos a diario para evitar que tengan adentro alguna piedra o suciedad que pudiera entrar accidentalmente y causarle roces y heridas en la planta del pie.
- Evite las calcetas o calcetines que tengan costuras en los dedos o en lugares que le rocen y causen molestias. Si es posible, adquiera las medias especiales para diabéticos.
- Para el cuidado de las uñas, lo ideal es que acuda a un especialista. pero si no, recórtelas utilizando tijeras con punta roma para no cortarse la piel. El mejor momento es hacerlo es después del lavado de pies, cuando están más blandas. Córtelas rectas, sin cortar las esquinas. Estas límelas, para que no le lastimen. Además, no corte demasiado las uñas, deje que sobresalga 1 milímetro por delante del pulpejo del dedo.
- Si tiene algún callo, trate de rebajarlo con una lima o piedra pómez. No lo corte con tijeras, ya que le podría sangrar el área.
- Para lavar los pies, use agua tibia. Antes de mojarse el pie, toque el agua con el codo, ya que si presenta neuropatía diabética, debido al daño que tienen los nervios, podría no notar la temperatura. Utilice un jabón neutro y no deje los pies en agua más de 5 minutos. Evite usar cepillos ásperos, para no dañarse la piel. Lave muy bien el pie, incluso entre los dedos. Por último, seque bien los pies, con una toalla suave e insistiendo entre los dedos.